Imagen de hoy por Claire Jean
Rodeado de chupaortos y suicidas de papel higiénico, el Unabomber Promedio se acerca a una pared y la choca con su frente. Del rebote un chichón se elucubra misterioso, adquiere dos ojos verdes y una pequeña mirilla de la cual se emite un sonido escalofriante. Es el sonido de un pizarrón arañado despaciiiiito bajo la luz de una vela que tintinea por el viento reflotando por las ventanas de todos los cuartos mal rebocados que pudiste y supimos esperar.
No es el golpe de Madre en la nuca por no saber cómo dividir, ni es el olor al invierno en las calles repletas de gris, así como tampoco es la visión repentina del único intento de departamento que la ciudad tenía para nosotros lo que estalla dentro del bolsillo del recuerdo ponebomba. Es el musgo, la viscosidad, la mala baba. El tubérculo adiposo revestido de sangre y piel que supura por la frente del Unabomber Promedio es, ni más ni menos, el contoneo lento y paciente de una babosa bajo el inodoro.
Un golpe para reventar el pus viviente. Otro golpe para aplastarlo. Un golpe final para despertarnos.
Aviso a dibujantes, diseñadores, fotógrafos y ladrones de caminos en general: ustedes pueden ser parte de esta cruzada aportando material visual que sirva para que el terrorismo pornomolusco libere las zonas suprasensoriales de los sedados de siempre. Comenten este post o envíen un mail a herrmitagno@gmail.com con sus aportes (dibujos, comics, fotos, logos o diseños) y de esta forma el mundo será un lugar más bonito para los moluscos bebés que tanto necesitan del amor quitado gracias al palurdo del Capitán Nemo y su lanchita cheta que se mete abajo 'el agua.
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