"Absolutamente cualquier clase de vulgaridad o indecencia es permisible en la vida real siempre y cuando no se imprima. Uno puede decir que un libro de poemas "le hace arder el culo", o exclamar, bajo coacción, "¡Qué libro de mierda!", pero no tendrá derecho a imprimir la palabra "maldito" o los nombres del monumento a Wellington o del Paseo Sidney o del tranvía de Sandymount, porque son demasiado comunes para que el artista los note siquiera."
James Joyce
Que tengan un muy buen Bloomsday, amigos. Coman mollejitas, tírense pedos y tengan especial cuidado con lo que hacen ahí afuera, no vaya a ser cosa que los objetos comiencen a hablar.
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